viernes, 15 de agosto de 2014

Querida banda favorita:

¿Por donde empezar? Quizá puedo comenzar con un: Es la 1 a.m. y no puedo dormir porque no dejo de pensar en ustedes. No dejo de pensar en todos esos buenos momentos que me hicieron pasar, en todas esas sonrisas que me sacaron, en todas las palabras que alguna vez he escrito sobre ustedes y sobre todo en ese momento en el que me di cuenta que ustedes lo eran todo para mí.

Lo sé, es estúpido para mucha gente pensar que una banda en serio puede significar algo en la vida de una persona. Pero soy prueba viviente de que un grupo musical no sólo cambia tu humor por una linda canción; esa linda canción puede incluso cambiar tu perspectiva del mundo, puede transformar el rencor en experiencia y las lágrimas en sueños. Sé todo lo que una melodía con unas cuantas palabras pueden hacer por ti y también sé cuanto duele perder eso. Ustedes no sólo eran mi banda favorita, eran mucho más. Eran mis amigos, eran esas personas que siempre estaban ahí cuando todos se habían ido, eran aquellos chicos que me hacían ver lo mejor de mí cuando ni yo misma creía en mis sueños. Ustedes me enseñaron a nunca darme por vencida, a luchar por lo que quiero, me enseñaron a creer, a sufrir y disfrutar la vida al mismo tiempo… Fueron ustedes los que me hicieron darme cuenta de lo que quería de la vida a una corta edad, ustedes fueron para mí algo más que un simple gusto culposo o una niñería. En verdad creo que ustedes me ayudaban a ser mejor persona.

Y ahora todo es difícil, ¿saben? Es bastante difícil seguir pensando en ustedes como una banda. Es difícil ahora escuchar cualquiera de sus álbumes sin recordar esas palabras que rompieron mi corazón unos meses atrás. No los culpo. Su tiempo terminó. Decidieron que era lo mejor para ustedes y por supuesto no abandonaron sus sueños. Pero en serio me gustaría que supieran todo lo que siento porque para ustedes sin duda no fue un mal cambio (o al menos eso nos hacen creer al ver sus rostros un poco más ligeros en las cámaras), pero para mí siento que desde que ustedes no están todo se ha vuelto mucho más complicado e impredecible. Todo me da miedo y todo parece más gris.

Sé que mucho tiene que ver con el modo en el que YO decido ver la vida, pero por otro lado estoy convencida de que tiene mucho que ver con el hecho de que ustedes prometieron siempre estar ahí. Su música sigue en mi lista de reproducción y sus discos siguen esperando para ser tocados, pero juro que duele tanto que ni siquiera tengo la fuerza para intentar ver sus pasados conciertos una vez más. Les puedo asegurar que en el momento en el que vuelva a verlos juntos en el escenario mis lágrimas no dejaran de caer. Sé que me derrumbaré cuando lo vuelvan a hacer porque ya lo intenté una vez. Esa semana de incertidumbre y tristeza puse cada canción a sonar a todo volumen en mi auto esperando que dejara de doler en algún momento y sólo logré vaciar cinco o seis cajas de pañuelos desechables.

Ese día en que dijeron “adiós” sigue plasmado en mi cabeza y por más que lo quiero dejar atrás estoy segura que es una gran cicatriz que nunca desaparecerá porque simplemente ustedes fueron mi todo. Eran esa única cosa que siempre estaba bien en mi vida, eran esa única cosa en la que me podía concentrar todo el tiempo para tener un buen día… Eran esa fortaleza que me daba equilibrio.


Los sigo amando con todo el corazón y aunque todo duele tanto como el primer día quiero que sepan que sigo aquí. Sigo esperando por ese momento en el que pueda tener un poco de esa felicidad que ustedes solían traer a mi vida.

Muchas gracias por acompañarme por tantos años, muchas gracias por las amigas, las risas y los recuerdos. Muchas gracias por ser parte de mi vida. En serio espero verlos pronto y saber que puedo seguir adelante porque todo de alguna forma tiene que volver a estar bien ¿o no?

Los ama con todo el corazón, por siempre,

Una gran admiradora.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Querida conocida:

Hola. No preguntaré cómo estás porque la verdad es que sé que estás bien, o al menos sé que sigues viva e intentando salir adelante, y me da gusto. En verdad me da mucho gusto que sigas intentando sobrevivir, créeme que sé que no es fácil. Sin embargo existe un gran elefante cuando tú y yo estamos en la misma habitación y eso no sé siente nada bien.

No tengo idea que sucedió o cuándo o cómo o qué hice, y me pregunté todo eso durante mucho tiempo intentando no sentirme mal y tratando de llegar a ti una vez más para que todo fuese como antes. Grave error. Ahora es cuando mejor comprendo que las cosas no suceden dos veces del mismo modo y una vez que algo cambia jamás vuelve a ser igual. Pero estoy segura que si ambas hubiéramos querido esto hubiera funcionado una vez más, hubiéramos podido regresar a esas largas platicas o a esas profundas ideas dentro de nosotras.

Tus razones tendrás y quizá nunca logré conocer que es lo que pasa dentro de tu mente pero en esta pequeña carta lo único que quiero hacer es decir cuanto siento que ya no podamos sentarnos y hablar, ni mucho menos escribirnos mutuamente cuando sintamos esa necesidad de decirle a alguien que nuestro corazón comenzó a latir más fuerte debido a un chico, pero lo que más lamento es no tener con quien compartir mis más grandes deseos. Tú eras la única persona que conocía cada sueño que alguna vez se me haya ocurrido, desde los más estúpidos hasta aquellos que me avergonzaban. Y sé que tal vez no los cuentes pero estoy segura que por mucho tiempo pensarás en mí y en todo lo que pudimos haber vivido juntas.

Extraño a ese alguien con quien compartía cada pensamiento y que a pesar de los trabalenguas siempre lograba entenderme. Extraño identificarme con alguien a tal grado que terminaras diciendo lo mismo. Extraño a esa compañera de cortos viajes en el auto, sueños inalcanzables,  y regaños vespertinos. Simplemente te extraño mucho, y a pesar de todo lo que siento sé que de ahora en adelante seré una persona más que se atravesó en tu vida y no porque yo no haya intentado, sino porque tú te diste por vencida.

Uno de tus peores defectos es que crees que todos deben intentar permanecer en tu vida porque los haces sentir que te deben algo. Sientes que eres la única persona que siempre está bien y que eres mejor que los demás. Estoy consciente de que todos tenemos defectos y que sin duda tu autoestima es muy alta, sin embargo quiero aclarar que en nuestra relación la única que no trató de arreglar las cosas fuiste tú. Y ya me cansé tanto de esperar, así que dejaré de intentarlo. Muchas gracias por tu poco tiempo y limitada amistad. Tal como tú, debo seguir adelante y entender que la única compañera de sueños eterna que tendré seré yo misma.

Ten una hermosa vida,


Una chica sincera.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Querido… ¿amigo?

¡Wow! Triste es saber que ya ni siquiera puedo llamarte "amigo", no tengo las ganas ni mucho menos razones. Y quisiera decir que en parte es mi culpa pero la verdad es que no lo creo así. Sé que suena egoísta y tal vez un tanto infantil, pero la razón por la que decidí que no aguantaría más tus arranques de ira, malos entendidos, mentiras y demás malos tratos, es porque te quiero demasiado.

Te quiero tanto que no sólo he escrito esta carta para ti, de hecho podría juntar todas esas páginas llenas de mis pensamientos sobre ti y armar un gran libro. Te quiero tanto que necesité de toda la fuerza en mí para no contestar un mensaje más. Te quiero tanto que llegué a pensar que no te quería, sino que te amaba, y esa pequeña chispa en mi cerebro me hizo aún más temerosa por los efectos que podrías tener en mí. Por eso he decidido dejarte ir. He decidido que ya no quiero ser más masoquista, porque si bien llegaste a ser el único que estaba ahí para mí cuando no tenía a nadie, también llegaste a ser el único que faltaba en mi vida la mayoría del tiempo.

Y ¿sabes? Eso de dejarte ir lo he intentado por muchísimo tiempo y no he podido, aún me duele pensar en ti, aún mis lágrimas corren por mis mejillas cuando recuerdo los buenos momentos y día con día veo que es más difícil dejar de pensar en ti. No fue sino hasta hace unos días en los que me puse a reflexionar que, a pesar de que eres la única persona a la que he tenido el valor de contarle todo sin importarme nada, también me di cuenta de que eres al único al que nunca le pude decir lo que realmente sientía y a mi parecer eso es lo que aún me mantiene a la espera de ti. No sé si es porque no quería arruinar esa profunda amistad que compartíamos o porque simplemente tenía miedo a enfrentarme a mis propios sentimientos. Pero hoy tienes que saberlo todo, hoy quiero poder decir tu nombre sin sentir que algo por dentro se destruye.

¿Dramático? Pues sí, pero entre nosotros nunca ha existido nada más que drama y estoy más que convencida de que no he podido seguir adelante porque de alguna manera debo cerrar tu capítulo. No sé cómo o por qué, pero estoy segura de que esto es lo que debo hacer… Tengo derecho y urgencia por expresarlo y tú tienes derecho a saber, a leer e incluso hasta opinar.

Siempre había pensado en mí como aquella chica que no busca problemas y quiere relaciones sanas en su vida, pero al conocerte me conocí mejor a mí también y me di cuenta que tengo un algo por los chicos malos. Esa clase de chicos que como tú aparentan no temerle a nada, ser fuertes y rebeldes, esos chicos que parece no importarles la vida, pero que al mismo tiempo les importas tú más que nadie. ¿Qué puedo decir? Me la creí. Y no sólo te di el título de mejor amigo por mucho tiempo, sino que me enamoré. Me enamoré de tu sentido del humor, de esas letras que enviabas a diario, de tu rebeldía y tu forma de protegerme cuando querías… No tengo palabras para describir lo que sucedía entre nosotros. Éramos amigos, por supuesto. Eras mi mejor amigo. Y en algún punto, entre malos entendidos, peleas, reconciliaciones y disculpas, ambos caímos el uno por el otro. No hay manera de negarlo, no hay como escapar de esta confesión… Bueno, tú puedes decir lo que quieras pero de mi parte todo está claro: Sentía algo inexplicable por ti.

Me hiciste tanto bien y tanto mal al mismo tiempo. Me perdí en el mundo y en tu mundo. Cada efecto que me provocaban tus palabras me hacía temerle aún más al efecto de la gente. Temía en el poder que ellos podían tener sobre mí, porque tú lo tuviste. No sólo me hacías creerte todo, también me llevaste a lugares físicos y mentales que en mi vida hubiese imaginado que existían, me hacías dudar de mí misma, me retabas para ser alguien más Y esto último quizá no fue lo peor, porque si bien lograste hacerme a tu manera, también conocí partes de mí que nunca me atreví a revelar. Me cambiaste tanto, me hiciste daño

Sin embargo, nunca podr
ía admitir que fuiste un error en mi vida. Nunca podría decir que fuiste lo peor aún cuando si me hiciste caer en lo más bajo. Jamás sería capaz de arrepentirme de todo lo que viví contigo, porque todo ello me ayudó a superar obstáculos, a encontrarme y sobre todo a ser más fuerte. Más fuerte en cuanto a barreras internas, luchas mentales y sobre todo en mis decisiones.

No sólo decidí dejar de pensar en ti como ese algo que todavía tengo la esperanza de que ocurra, también he decidido que no volveré a dirigirte la palabra hasta que mi mente haya entendido que tú ya no puedes ser parte de este corazón. Ya no puedes permanecer aquí y seguirme cambiando, ni tampoco puedes quedarte para ser un obstáculo que me impida ver más allá de ti. Simplemente tengo que dejarte salir y quizá así pueda volver a decirte hola sin temerle a un gran adiós. Porque después de todo esto que he decidido, esa es la prueba más dura por la que me has hecho pasar. Conocer a alguien y caer tan profundo no es lo peor, sino el momento en el que debes desprenderte de ese amor que es más tóxico que bendito.

Realmente espero que llegue ese chico malo y que no sólo cambie su manera de ver la vida por mí, sino que cambie su manera de verme a mí y decida que yo no soy la que debe cambiar para estar con él. Quiero a alguien con la misma fuerza que tú tenías para protegerme, con ese sentido del humor que iluminaba mi cara cuando más lo necesitaba, con esa rebeldía que me vuelve loca y con esa pasión por lo que sea que haga, pero al mismo tiempo quiero que ese alguien no sea en nada como tú. Quiero que esa persona sí sepa dar no sólo el cuerpo, sino también el alma y la mente. Quiero que esa persona no me haga perderme, sino que se pierda conmigo.

No espero tú respuesta, sinceramente. No tengo mucho que agradecer ni nada que más que decir, así que espero comprendas esta salida fácil que estoy tomando para dejar de pensar un poco en ti. Te quiero, sé que nunca dejaré de hacerlo, pero ahora sabes que tengo más de una razón para quererte lejos de mi vida.

Nunca más,

Una chica perdida y encontrada.